For international purchases contact me by Instagram.
For international purchases contact me by Instagram.
Carrito 0

Amor por la Lana

Esta semana he vivido una de las experiencias más únicas y emocionantes desde que me dedico al rubro de la lana. Don Claudio, un experimentado arriero de la montaña, me abrió sus puertas para conocerlo y compartir con su rebaño de hermosas ovejas Merino. Es así como decidí escribir esta publicación para contarte mas en profundidad sobre este fantástico acontecimiento y parte de la información que he recibido.

Una de las cosas mas intrigantes y cautivadoras del mundo de la lana es que el aprendizaje es gigante, hay tantas variantes y especialidades en cada parte del proceso productivo de la misma que a veces se vuelve inabarcable. Es ahí como siempre surgen en mí las pregunta de ¿a quién pertenece un hilado? O ¿quién se lleva la mejor o la peor parte?, ¿Es justa esta cadena de desarrollo? o, ¿es suficiente comercializar o teñir una lana para adjudicarse la propiedad sobre la misma? Es ahí donde decidí que para poder responder (aunque sea parcialmente) estas dudas había que ir al origen de todo, es decir, las ovejas.

Las ovejas son animales sumamente curiosos pero muy tímidos. Mi llegada, bastante ruidosa en mi auto del 97 después de varios kilómetros de subida, no pasó inadvertida y detrás del cerco asomaron sus cabezas alertando que un extraño visitaba el lugar, pronto llegaron los perros pastores a recibirme con el mismo encanto y amabilidad del anfitrión.

Luego de compartir una taza de té y conocernos un poco más ingresé al cerco junto a las ovejas que me miraron de lejos atentas y alerta al peligro, ilusamente intenté acercarme y vi como en cosa de instantes huyeron hacia el otro extremo y me dieron la espalda. Luego de un rato y si bien no logré en ningún momento su aprobación pude verlas y tocarlas de cerca, era el Merino Australiano en estado puro, animales hermosos casi sacados de un cuento mitológico.

Los pequeños corderos (crías machos) y las borregas (crías hembras) tal vez por ser novatas tendían a estar mayormente despreocupadas, pero el rebaño es una unidad y si una de ellas corre, todas la siguen. Ahí viví en persona que el oficio del pastoreo es algo hermoso, pero sumamente sacrificado y que hay un esfuerzo gigante desde el hombre quien debe vivir con las ovejas exponiéndose a difíciles situaciones climáticas, una vida solitaria, las carencias propias de las zonas extremas y además parásitos y enfermedades que son traspasadas del animal al humano que merman directamente su salud.

También aprendí como la oveja se relaciona con sus crías (entre 1 a 3 por parta) y que solamente se apega con una de ellas abandonado al resto las que son rescatadas por el pastor para incluirlas en el rebaño, hay una codependencia entre el mundo humano y el mundo animal que es alucinante.

La esquila misma es una actividad necesaria para la oveja y para el hombre siendo un provecho mutuo dada la necesidad de eliminar el pelo de la oveja (que no tiene la capacidad de caída) y el aprovechamiento del recurso de parte del humano, pero no es un proceso fácil, hay resistencia de parte del animal y desarrollo permanente de la técnica por parte del esquilador para no dañar a la oveja, es un proceso difícil de un esfuerzo gigante y compartido.

Es ahí donde también logré entender que la lana no me pertenecía como yo había creído hasta ese momento, era de las ovejas y ellas a través de una relación de colaboración nos la han facilitado para iniciar una cadena de desarrollo compleja y fundamental para el textil, esta relación pastoril es mucho mas intensa que cualquiera posterior porque requiere de un involucramiento físico y emocional del ser humano con el rebaño, si bien las ovejas de esta raza pueden llegar a ser muy prolíficas en su reproducción, las condiciones son cada día más desfavorables debido a la situación ambiental, social y económica.

El trabajo del pastoreo también es mal pagado, esta primera parte de la cadena correspondiente a la extracción del vellón representa aproximadamente al 0,5% del valor final del hilado en el mercado nacional y al 1,5% para el mercado internacional, es así como termina siendo una segunda actividad más “por amor al arte” que algo verdaderamente rentable para los campesinos.

Es por ello que resulta fundamental promover el desarrollo de la lana local debido a que será esta la única manera de ir logrando mejoras y tecnología para este mercado, creo ciertamente que conocer sobre un hilado requiere una visión mucho mas profunda que solo teñir y brindar una marca, es algo que necesita poner en valor todos los puntos del desarrollo del mismo equilibrando la importancia y haciendo una retribución equitativa por el trabajo en cuestión.

No puedo dejar de pensar en lo emocionante que fue haber ido a compartir con las ovejas y aprender un poco más sobre ellas, quedé muy ansioso de la invitación que recibí para conocer al rebaño mas grande que está en la alta montaña (cerca de 2000 ovejas) participando de la fiesta de la esquila, una actividad privada de los arrieros de la alta montaña de varios días de ejecución. Estoy muy ansioso por que llegue ese momento, conocer un poco más y compartir contigo esa experiencia. Un abrazo. MisterWool.


Publicación más antigua Publicación más reciente


  • Cecilia Sepulveda en

    Felipe, que buen post. Gracias. No te he contado, yo tuve quistes Hidatídicos… en los dos pulmones y en el hígado. Operación de urgencia al hígado y luego los dos pulmones…así que imagínate mi relación con las ovejitas… pero ellas no tienen la culpa. Yo se. Abrazo.

  • Margarita en

    Primera vez que leo tu blog y me encanto!
    Soy relativamente nueva en el arte del tejido y estoy disfrutando inmensamente las fibras naturales. Los campesinos que las crian deberían ser bien remunerados pero tristemente no lo son y si eso no se corrige no habrá incentivo para que continúen su labor. Ahora me doy cuenta porque las lanas “de verdad” son costosas, el trabajo que tienen desde el comienzo es dispendioso. Gracias por el artículo, seguiré leyendo tu blog!

  • Lorena Loyola en

    Que linda puesta en valor haz hecho de nuestras tradiciones campesinas. El trabajo con ovejas, cabras y nuestra agricultura son parte de un paisaje cada vez más olvidado y poco respetado por la urbe. El campo no es sólo turismo, tiene un valor patrimonial abundante y sensible que debe reconocerse antes que desaparezca. Para comenzar…cuidemos el agua, es la fuente de vida.
    Amor eterno a esas ovejitas y al trabajo de su pastor.

  • @theknitdesign en

    Felipe, que buen artículo! Que importante mostrar qué porcentaje del precio del hilado terminado se lleva el productor. Entiendo que todas las etapas del proceso son importantes, pero esta que tú has descrito, sin duda debiera ser mejor recompensada. Por todo esto, los proyectos que hagamos nosotros con esos productos, deben ser cuidados y mantenidos en el tiempo porque muchas vidas han vibrado en el.

  • Carola Fernández en

    Que hermosa experiencia Felipe y que linda la investigación que haces respecto al proceso de la lana y saber esa pequeña codependencia oveja-humano.
    El saber es poder…….poder de valorar esa primer etapa de la cadena y lo sacrificada y llena de amor que es, cuanto necesita de las mejores prácticas posibles para hacer esa codependencia lo más amigable.
    Y que venga pronto esa fiesta de ka esquila!!



Dejar un comentario